Voy a ir por un momento atrás en el tiempo a raíz de lo que hablaba con alguien ayer. Con este disco de Graveland se escribe una nueva página en la historia del músico Rob 'Darken'; primero porque declara la salida de Karcharoth y Capricornus, músicos que le acompañaron desde el principio haciendo black metal del bestia, y segundo porque a partir de acá se reconoce su pasión por el paganismo eslavo y la épica que le distingue en sus álbumes recientes.
Según palabras del mismo Darken, 'Creed of Iron' (o como es conocido en versión polaca, 'Prawo Stali') está inspirado en un libro de título homónimo sobre cultura indoeuropea escrito por un tal Ron McVan.
Lo que vemos en Graveland es un black metal en el que impera la atmósfera de guerra medieval en proporciones casi reales. La atmósfera susodicha viene cargada y en serio de riffs sucios e indistinguibles al igual que las canciones que destrozan; tal como debe hacerse cuando se quiere enaltecer el fervor del guerrero pagano sacatripas en sus peleas de clasificación heróica.
Y a ese ambiente de cuerpos ensangrentados y espadas que rasgan hasta los huesos no podía venirle mejor la voz indescifrable de Darken que croa como sapo gigantesco en algún valle boscoso pérdido entre la niebla.
Esas canciones de nueve y diez minutos repletas de atmósfera hacen que me acuerde del Bathory vikingo, con un teclado que ayuda a marcar la onda medieval apareciendo en el fondo como látigos de agonía que te arrastran al funesto campo de batalla. Y esos entornos de lanzas y flechas oxidadas estrellándose en los pesados escudos a quién no le recordará el corte épico del fabuloso 'Hammerheart'.
Recomendaría este álbum a aquellos que estén iniciándose en el mundo del metal pagano (que difiere con lo que la mayoría escucha al comienzo) y por supuesto a aquellos que todavía no conozcan a Graveland o les hayan hablado cuestiones que nada que ver al respecto.
Según palabras del mismo Darken, 'Creed of Iron' (o como es conocido en versión polaca, 'Prawo Stali') está inspirado en un libro de título homónimo sobre cultura indoeuropea escrito por un tal Ron McVan.
Lo que vemos en Graveland es un black metal en el que impera la atmósfera de guerra medieval en proporciones casi reales. La atmósfera susodicha viene cargada y en serio de riffs sucios e indistinguibles al igual que las canciones que destrozan; tal como debe hacerse cuando se quiere enaltecer el fervor del guerrero pagano sacatripas en sus peleas de clasificación heróica.
Y a ese ambiente de cuerpos ensangrentados y espadas que rasgan hasta los huesos no podía venirle mejor la voz indescifrable de Darken que croa como sapo gigantesco en algún valle boscoso pérdido entre la niebla.
Esas canciones de nueve y diez minutos repletas de atmósfera hacen que me acuerde del Bathory vikingo, con un teclado que ayuda a marcar la onda medieval apareciendo en el fondo como látigos de agonía que te arrastran al funesto campo de batalla. Y esos entornos de lanzas y flechas oxidadas estrellándose en los pesados escudos a quién no le recordará el corte épico del fabuloso 'Hammerheart'.
Recomendaría este álbum a aquellos que estén iniciándose en el mundo del metal pagano (que difiere con lo que la mayoría escucha al comienzo) y por supuesto a aquellos que todavía no conozcan a Graveland o les hayan hablado cuestiones que nada que ver al respecto.
1 comentario:
Desde el inicio del disco se nota ya la epica que va a rodear toda la produccion: teclados y coros nos aclaran desde la primera nota que la sangre de los enemigos rodara por el acero y caera al suelo. Y una intro asi no podia ir seguida de temas menos epicos, tanto en longitud de los mismos (entre 9 y 11 minutos) como en tematica y estilo del trabajo.
Unas voces de ultratumba, como bien se dice en el post principal "como sapo gigantesco", del unico integrante del grupo se mezclan en una lenta calma marcada por el resto de los instrumentos. El camino prefijado es largo y tortuoso y solo aquellos que combatan por el se veran recompensados con el mas alla.
Poco a poco los temas van pasando hasta llegar al final, que rapido ha pasado todo: rabia, odio, dolor, tristeza, amor, la vida misma ante mis ojos...
La produccion es un tanto oscura en sonido y con una mezcla que no me acaba de convencer (platos y bateria en general, bajo un poco bajo, guitarras demasiado sucias...) pero con un resultado optimo por atmosfera. En un principio temas tan largos pueden parecer un problema pero aseguro que en absoluto, son llevaderos y con buen desarrollo.
Tambien es cierto que la influencia Bathory es muy marcada (tal vez a algunos esto no les agrade, para mi no es asi) pero hemos de tener en cuenta que Quorthon es (y seguira siendo mucho tiempo) todo un referente musical al que muchos grupos deberan rendir tributo con sus trabajos.
La canciones que mas me han gustado son "Tyrani Okrucienstw" y "Biale Bestie Swaroga", tal vez los temas mas epicos del trabajo.
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